Todo el mundo tiene ideas… sólo unos pocos pueden llevarlas a cabo con coherencia
Esta cita resume el gran intrusismo que padecemos en nuestro sector. Tanto la creatividad como el diseño gráfico están perdiendo credibilidad a causa de usuarios de determinados programas de diseño, los cuales creen tener todas las herramientas y conocimientos necesarios para comunicar cualquier acción o producto…
¡¡¡NO ES ASÍ!!!
El hecho de saber utilizar un programa o hasta el saber dibujar, no dan un conocimiento pertinente del medio. Pongamos algunos ejemplos:
Sabes conducir, pero: ¿Podrías competir en F1, o en Paris-Dakar, o en las 24Hrs de Lemans? ¿verdad que no?
Se te ha ocurrido la genial idea de montar un ascensor hasta la luna, pero: ¿Eres ingeniero, o astro físico?¿Tiene sentido hacerlo?
Es la misma diferencia entre saber ordenar unos contenidos en un diseño (maquetación), o generar una idea creativa y componer una pieza orientada a cumplir un objetivo de manera efectiva (creatividad y diseño).
Todo el mundo tiene más o menos gusto, y buenas ideas, pero para comunicarlas en condiciones, y no de forma mediocre o rudimentaria, se necesitan conocimientos tales como: teoría de la imagen, psicología del color, y muchos otros campos , que los profesionales del sector utilizamos para poder llevar acabo nuestro trabajo.
Tampoco vale saber utilizar todos los soportes online, como las redes sociales. Por muchos amigos que tengas o el gran uso que hagas de estas herramientas, el mensaje ha de ser coherente y pregnante, cuidando corporatividad y filosofía del producto a mostrar.
El valor del diseño gráfico tradicional y artesano se está perdiendo con el paso del tiempo. Hace varios años casi todo se hacía con mimo y cariño, con unos lápices y rotuladores en mano y una hoja en blanco se hacían auténticas maravillas. Desde cartelería, señalética, diseño editorial, imagen corporativa, tipografía, ilustración etc. Hoy en día se utilizan los ordenadores en la mayoría de procesos de creación, y ello puede, de algún modo, hacer que los diseñadores intrusistas esten camuflados en el mercado y sea cada vez más complejo diferenciarlo a primera vista de los tradicionales.
El de diseñador no es un oficio que se aprenda de un día para otro, comprando un ordenador y haciendo un par de tutoriales. Hacen falta años de aprendizaje y sacrificio para llegar ser un diseñador gráfico profesional. Para ser un diseñador experto hay que aprender cosas nuevas cada día, estar al tanto en las nuevas tendencias, explorar nuevos territorios culturales y creativos y mantener una actitud positiva hacia la formación continua para seguir vivo en este oficio. En resumen, no sólo saber plasmar una idea en un diseño, sino crear una idea coherente con la marca que además sea efectiva en su objetivo.
Además hay que conocer bien la psicología, ya que la entrega de cada proyecto, por pequeño que sea, es como un examen de selectividad, un todo o nada, con un tribunal que en muchos casos no tiene claro lo que busca o los conocimientos para desarrollar su proyecto, pues por ello, ha contratado un profesional.
